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El equipo masculino español llegó a liderar el marcador en los 35 primeros minutos, pero un parcial de 9—0 tras esa antideportiva descentró a los pupilos de José Artacho, que protestaron otras dudosas decisiones arbitrales como un ataque para Alemania cuando Aliaksandr Halouski tocó el balón al cortar un pase de los españoles y una antideportiva a Daniel Stix sobre el pívot germano.

España planteó el partido casi como una final porque la victoria supondría ser líderes del Grupo A y enfrentarse a Israel, cuarto en el otro Grupo B, y la derrota abocaría a los españoles a la cuarta plaza y a enfrentarse a la temible Turquía, el rival que querían evitar en el cruce.

Hasta entonces, Alemania se estaba mostrando como una de las selecciones más en forma del campeonato y contaba todos sus partidos con victorias. El equipo teutón, dirigido por Nicolas Zeltinger, técnico del Lahn—Dill, llegó a Worcester con un enorme salto de calidad personificado principalmente en el gran crecimiento deportivo del versátil y veloz Thomas Böhme, y en el poderío interior del pívot bielorruso nacionalizado alemán Halouski. Los germanos habían desplegado tal juego que eran hasta entonces el mejor ataque y la mejor defensa del campeonato.

En los últimos 10 años, España había derrotado tres veces a Alemania (67—48 en el partido por el quinto y sexto puesto de los Juegos Paralímpicos de Londres 2012, 49—58 en el Europeo de Adana 2009 y 84—75 en el encuentro por la séptima y octava plaza del Europeo de París 2005), en tanto que perdieron en dos ocasiones en el Europeo de Nazaret: 61—81 en la fase previa y 77—70 en las semifinales.

Con dos de los equipos más en forma del campeonato, y con la selección española femenina animando a los jugadores de Artacho, los ingredientes estaban listos para ver un buen partido de baloncesto en silla de ruedas.

España salió en tromba con un primer parcial de 0—7 que obligó a Zeltinger a pedir un tiempo muerto a los cinco minutos para frenar el vendaval de los de Artacho (5—11), lo que se tradujo en una reducción de la desventaja al acabar el primer cuarto (16—18), mientras Alejandro Zarzuela tuvo que marcharse al banquillo con dos faltas personales.

En un duelo de poder a poder, intenso y con defensas al límite, España mantenía su privilegio en el electrónico al descanso (28—32). Hasta entonces, Böhme y Halouski estaban prácticamente desaparecidos, prueba de la intensidad defensiva de los españoles.

Mediado el tercer cuarto, dos triples de Jordi Ruiz dieron a España una máxima ventaja de 12 puntos (34—46), aunque reducida a 5 al concluir ese periodo (45—50), con lo que nada estaba decidido en los 10 últimos minutos y menos contra un equipo como el germano, acostumbrado a la presión de las grandes citas.

En esto, llegó la acción clave del partido: a 5’22” para el final, los colegiados pitaron una antideportiva a Pablo Zarzuela en mitad de la pista al derribar a Dirk Passiwan mientras el español frenaba, lo cual fue protestado por el ala—pívot jerezano. El marcador del Worcester Arena señalaba entonces 51—56.

Passiwan aprovechó sus tiros libres e igualó después el encuentro (56—56). En poco menos de un minuto, un parcial de 9—0 situó a los españoles cuatro puntos abajo. Precisamente, sólo Pablo Zarzuela pudo anotar una canasta en esos cinco últimos minutos, en los que emergió Halouski y España encajó un 15—2 que dejó el resultado final en 66—58.

Los mejores en España fueron Pablo Zarzuela (18 puntos y 8 rebotes), Asier García (11 puntos y 8 rebotes), Jordi Ruiz (10 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias) y Alejandro Zarzuela (10 puntos).

El equipo masculino español jugará mañana jueves los cuartos de final contra Turquía a partir de las 18.30 horas(horario peninsular). Síguelo a través de la web TV www.tupuedestv.com, donde ya puedes ver todos los partidos de España en diferido.


LA DERROTA CONTRA GRAN BRETAÑA APEA A LA SELECCIÓN FEMENINA DEL SUEÑO DE RÍO 2016

Las pupilas de Abraham Carrión realizaron un gran partido en la primera mitad y en el último cuarto, pero un tercer periodo para olvidar lastró el sueño de España de vencer a Gran Bretaña (la selección más joven del Europeo, con 22 años de media) y tener así rueda y media en las semifinales del Europeo y en Río de Janeiro 2016.

Al perder ayer contra Francia, el equipo español dio un paso atrás en sus objetivos del Europeo, pero los sueños aún no se habían esfumado. Todo pasaba fundamentalmente por la victoria contra las anfitrionas, que allanaría el camino hacia los Juegos Paralímpicos porque Francia se quedaría fuera en un hipotético triple empate entre españolas, británicas y francesas por la tercera y cuarta plaza de la fase previa, con Holanda y Alemania ya clasificadas.

La misión de derrotar a Gran Bretaña no fue posible en la última década, ya que las españolas perdieron por 32—55 en el Europeo de Fráncfort 2013, 35—50 en el de Nazaret 2011, 35—56 en el de Stoke Mandeville 2009, 38—41 y 56—29 (este último partido, por la medalla de bronce) en el de Wetzlar 2007, y 28—41 en el de Villeneuve d’Ascq.

Con las británicas sin jugarse nada porque tenían garantizada la tercera plaza, las españolas tiraron de coraje, pundonor y bravura para alcanzar el sueño paralímpico que llevan varios años persiguiendo. Y lo habrían conseguido de no ser por un tercer cuarto en el que se les atragantó la presión defensiva de las locales.

El seleccionador español, Abraham Carrión, repitió el mismo quinteto inicial que el de la histórica victoria contra Italia (15—75), con Sonia Ruiz, Cristina Campos, Almudena Montiel, Vicky Pérez y Vicky Alonso, para aunar rapidez y altura con las que contrarrestar el juego de las rivales. Antes del partido, las españolas se conjuraron ante su ser o no ser en Río de Janeiro 2016.

Ruiz, inmensa todo el partido tirando de astucia, inteligencia y brega, abrió el marcador y Carrión paró el juego con un tiempo muerto a los seis minutos para frenar la primera ventaja de Gran Bretaña (10—4) y la defensa española mejoró, hasta acabar el primer cuarto con un esperanzador 13—12.

La agresividad defensiva de España llevó a Montiel a cometer su tercera falta personal a siete minutos del descanso, pero dio sus frutos porque dos canastas de Pérez y Ruiz situaron a las pupilas de Carrión a una máxima ventaja de tres puntos (17—20, minuto 16). Lo que nadie imaginaba es que después vendría un calvario de 15 minutos sin encestar.

Como el futuro no está escrito, con 23—20 al descanso todo estaba aún por decidir y quedaban 20 minutos para la gloria. Sin embargo, las británicas desarbolaron a las españolas en el tercer cuarto con pressing a toda cancha, que provocó varias pérdidas de balón de España por agotar los 8 o los 24 segundos, y un mayor acierto anotador. A todo ello se le sumaba que Ruiz cometió su tercera falta personal.

Las españolas se quedaron en blanco en todo el tercer periodo y encajaron un 18—0 en contra que hacía muy cuesta arriba la remontada. El cuarto terminó con 41—20 en el marcador.

La desventaja se agrandó con un triple de Amy Conroy (44—20), pero entonces el partido entró en otra dimensión. Poco a poco, España limó la desventaja al ajustar las líneas defensivas y aprovechar los desajustes de las anfitrionas para las canastas de puntos bajos como Ruiz y Montiel, y el dominio interior de Alonso y Pérez, pero la reacción fue tardía.

Las españolas demostraron ser guerreras sobre el Worcester Arena y que el baloncesto en silla de ruedas es un deporte de sueños que a veces se alcanzan y otras no. Hoy se jugaron la vida y dieron todo lo mejor de sí mismas para atrapar un sueño paralímpico que, tras la derrota contra Francia, quién sabe si se habría materializado de no ser por los fatídicos 10 minutos del tercer cuarto.

Los mejores números correspondieron a Vicky Alonso (14 puntos y 7 rebotes), Sonia Ruiz (12 puntos), Almudena Montiel (8 puntos y 6 rebores) y Vicky Pérez (6 puntos y 10 rebotes).